Los cambios en las reglas de juego preparan el terreno para una revolución que, en realidad, será un regreso al pasado con tecnología de vanguardia’’.
En 1986, cuando la selección argentina acababa de ganar el Campeonato del Mundo en México, Carlos Bilardo – su entrenador – se atrevió – a vaticinar el futuro del fútbol : ‘’Los jugadores del siglo XXI tendrán que ser polifuncionales y podrán desempeñarse con igual eficacia en cualquier posición’’. Una opinion, en su momento, bastante polémica, que el tiempo – que nada perdona – se encargó de invalidar.
Los especialistas
Más de una década después, aquella vision de este deporte, – 22 hombres cortados por el mismo molde, capaces de cumplir mecánicamente la función que el entrenador les encomiende en el punto del campo donde se hallen – se aleja cada vez más de la realidad. Los jugadores que marcan las diferencias, deciden los partidos y atraen la atención del público siguen siendo los especialistas. Más aún, los resultados de los últimos años se empeñan en demostrar que el destino técnico y táctico del fútbol pasa por planteamientos que respetan su primitivo carácter del juego. La evolución, en fin, no sería otra cosa que volver al pasado aplicando tecnología de vanguardia. Desde el punto de vista técnico, esto significa potenciar las condiciones naturales de un jugador para que se convierta en el mejor en su puesto – como antaño – pero con métodos de los años 2000. Es aquí donde la biomécanica y la informática encontrarán su mayor campo de acción.
