En el fútbol existen dos recursos para dejar fuera de acción al adversario: el pase o la gambeta. El pase puede llegar a ser una ciencia, en cambio la gambeta es un arte. En el primer caso, el jugador apela a los más directo y lo más positive: pasar el balón a otro compañero. En el segundo caso, el jugadot busca lo más difícil, lo más complicado, pasárselo el mismo.Porque en sustancia, el gambeteador se la juega solo, como si no tuviera compañeros. ¿Pero cuál de los recursos es el más válido?. El fútbol de hoy es vertigo, velocidad pura en todos los rincones del campo de juego. No podemos detenernos a realizar malabarismos que pueden alegrar a muchos espectadores pero que tiene un resultado negativo a los intereses del equipo. Cuando me sumé a las filas del Milan A.C. en calidad de Entrenador-Observador-Instructor a fines de 1990, creí contraproducente su fútbol cadencioso. Este propuesto por Arrigo Sacchi que luego continuó Fabio Capello (olvidarnos completamente de la gambeta).
El jugador que camina mucho con la pelota le dificulta el trabajo a sus compañeros y le complica el accionar a todo el equipo; al final están todos ‘’tapados’’ y deben terminar en un pase lateral o en una entrega dudosa que generalmente acaba en un contragolpe del contrario. Muchos jugadores argumentan que trasladan excesivamente el balón porque no quieren entregarlo al compañero que está marcado. Pero si esperan que ese compañero esté completamente solo, de pronto se les va el partido y no encontraron una sola oportunidad para habilitarlo. Aunque el compañero del cuadro esté marcado hay que entregarle la pelota, tenerle fé, confiar en que sabra cubrirla del marcador y devolverla al claro para que otro arranque libre de marca.
Por ello debo aclarar que no dudo entre la condición atlética y el talento. En mi concepto, primero está el talento. De un talentoso trabajador puedo llegar a formar un atleta. Pero de un atleta, solo conseguiré un atleta mejor. Esta muy claro que es más fácil elegir un atleta y enviarlo a correr por la cancha. Lo otro es darle tiempo al talentoso para que aprenda a ser un jugador de equipo. Esto es evidentemente más lento y mucho más costoso, pero por lo general lo que dura es aquello que se hace a largo plazo
