Allí expuso su tremenda categoría. Cuando la pelota llegaba a sus pies (espectacular ambi-diestro), el fútbol tomaba una dimensión especial. El valor de la técnica cambiaba. Aquel equipo de Inglaterra que fue Campeón del Mundo estaba formado en su mayoría por hombres rudos, tremendamente trabajadores, de tenacidad increíble. Pero Bobby Charlton transformaba el esfuerzo en fútbol, la traspiración en maniobras sutiles.
Su pegada al balón era de una precision fabulosa. La pelota arrancaba de su pie derecho para cambiar de frente y caía en la zona de llegada de los goleadores…Martin Peters y Geoffrey Hurts Fue el estratega de la victoria, el comandante sin gestos de mandón y el silencioso genio en medio del duro choque final contra los alemanes, cuando se trajo la marca de Franz Beckenbauer y lo eclipsó como hombre táctico del rival germano.
Tenía herencia futbolística desde su abuelo materno y de sus tíos, jugadores profesionales del Leeds United. Quería ser crack y lo fue en su estupenda dimension.
Le daba cuatro horas a la pelota contra un muro, con las dos piernas buscando perfeccionarse. Todos se marchaban del añejo estadio Old Trafford y Bobby seguía entrenando. Apasionado por el fútbol y la camisa internacional de la Dosa metida en su fantasia juvenil. Fue uno de los sobrevivientes del accidente de Munich, cuando el avión en que el Manchester regresaba de Belgrado se estrelló al levantar vuelo.
La mayoría de sus compañeros murieron en aquel desastre.
En León (México) llegó el ocaso del equipo inglés. Fue cuando los alemanes le ganaron en el alargue y la Copa Jules Rimet cambió de dueño. En aquel mediodía mexicano, a cuatro metros del terreno de juego, pude ver a varios de los mejores jugadores del mundo en rivalidad técnica enorme. Un espectáculo inolvidable.
Los ingleses se pusieron arriba por dos goles y la victoria parecía segura. Bobby realizaba sus cien partidos con la selección, cuando Alf Ramsey cometió el histórico error táctico de su ciclo: sacó del equipo al veterano comandante para ahorrarle energías. Inglaterra perdió el centro táctico del campo y lo ganó Beckenbauer, tomandosé la revancha de Wembley. Fue el retiro melancólico de un crack de novela llamado Bobby Charlton.
