Atletismo

Es el más puro y noble de los deportes, el rey de todos ellos, y la dedicación a que debe entregarse quienquiera que desee alcanzar éxito en otra rama deportiva.

Por definición, todo deportista debe ser, por lo menos en algún aspecto, un atleta. O ha de vivir de vivir el espíritu del atletismo.

De todos los juegos deportivos, el atletismo es el más antiguo, pues en algunas de sus manifestaciones se remonta a la Prehistoria: correr, saltar obstáculos, lanzar pesos, jabalinas u objetos contundentes, debieron ser actividades de todos los pueblos y de todos los tiempos. El atletismo actual las ha depurado, separando de ellas su carácter agresivo o lucrativo y las ha convertido en actividades simples en las que el hombre intenta alcanzar una marca, “batir un record” pensando en la norma de las Olimpíadas: ‘’citius, altius,fortius’’ (más rápido, más alto, más fuerte). Por esto el atletismo se halla, necesariamente, en la base de todos los deportes. Esta paternidad que tiene el atletismo respecto a los demás deportes queda demostrada por el hecho de que en las primeras Olímpíadas celebradas en Grecia la única competencia que se disputaba era la carrera denominada del ‘’estadio’’ sobre una distancia de 192 metros y solo al cabo de algunos años se incluyeron otros ejercicios en el programa olímpico griego.

Como buen deportista, las primeras cualidades del atleta son la generosidad y el altruismo. El interés de lucro, incluso el amor a la gloria, están fuera del puro ideal atlético que es un deseo de autosuperación. Su afán de victoria no debe reñir nunca con el de debido respeto a sus adversarios que son también sus amigos, ya que tienen una afición común. El atleta debe producir su máximo esfuerzo, sea en su propio beneficio con las mejoras de sus características físicas o en beneficio del equipo o selección en la que se encuentra integrado. Los ingleses han dado al atleta la siguiente norma: Haré todo lo posible para ser el primero; si no puedo serlo, me esforzaré por ser el segundo y si no me clasifico, haré lo máximo para mejorar mi propia marca.

Esa definición del atleta muestra un aspecto individual, su batalla personal que es el objetivo básico de mejorarse a sí mismo, aunque no pueda vencer a los demás.

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