La Copa Jules Rimet era el trofeo diseñado por el artesano francés Abel Lafleur. Se trataba de una estatuilla de unos 30 cm. de altura con la imagen de “NIKE”, la diosa griega de la victoria con sus alas estilizadas y estaba construída con aproximadamente 4 kg. de plata esterlina y bañada en oro.
El trofeo había sobrevivido la segunda guerra mundial gracias al cuidado del vicepresidente de la federación italiana de fútbol, Ottorino Barasi que la escondió celosamente durante 7 años bajo su cama. También sufrió un robo en Londres antes del mundial “Inglaterra 66”. En esa oportunidad la FIFA encargó de urgencia una réplica exacta al orfebre Alexander Clarke, sin embargo no hizo falta utilizarla ya que la original fue encontrada una semana después.
Luego del Mundial “México 70”, la FIFA decide otorgarle el trofeo en forma definitiva a Brasil por haberla ganado en 3 oportunidades. A partir de allí, fue trasladada a la sede de la Confederación Brasileña de Fútbol situada en Barra Da Tijuca, barrio costero de Río de Janeiro. En 1983, el banquero Antonio Pereyra Alves visitó la sede y vió las laxas medidas de seguridad que protegían el mayor orgullo del deporte brasileño. Finalmente Alves convenció al decorador José Luis Vieira Da Silva y al ex policía Francisco José Rivera que entre los tres sustraerían la Copa para entregársela al joyero argentino Juan Carlos Hernández, encargado de fundirla y venderla.
La noche del 19 de diciembre de 1983, ingresaron a la sede de la “CBF”, redujeron al único guardia y se llevaron el trofeo. El robo fue un golpe al ego nacional, por las calles de Brasil se escuchaba la misma frase… “Brasil luchó tanto para ganar la Copa y fue a parar a las manos de un argentino”. Cuando la CBF aceptó que la recuperación era imposible encargó a la empresa Eastman Kodak la elaboración de una reproducción para ser lucida en una tribuna del Estadio Maracaná.
